Hay momentos en la vida en los que sientes que cierta actitud puede ir en contra de tus principios y valores, y aun sabiendo que tu actuación no es la correcta o la más adecuada, te niegas a volver la cabeza quizá por puro miedo.
En la clase de Javier hay un niño que podiamos calificar como "problemático". Durante todos estos años la relación con él ha sido buena dentro del centro, pero el círculo se ha cerrado siempre para él fuera del horario del colegio.
Ha sido el único que no ha asistido a ningún cumpleaños. El único también que no ha participado en ninguna de las actividades que han organizado los niños fuera de clase, y por supuesto ni que decir tiene que el motivo de esa falta de asistencia se ha dado por un rechazo patente de prácticamente todos los niños/as.
Javier ha sido el único niño que siempre ha contado con él, tanto en cumpleaños como en demás actos. Pero.... y aquí viene el problema, desde hace un tiempo siento que realmente ese niño no le hace ningún favor a Javier y supone una influencia negativa para él. Es irrespetuoso y tiene graves problemas de comportamiento. Su madre siempre ha dicho que el principal problema es que es un niño hiperactivo, y según ella, ese es el motivo de su conducta.
La cosa es que, como ya digo, desde hace un tiempo no me parece muy buena idea que juegue con él y pienso que lo más conveniente (para mi hijo, claro) es que exista una cierta distancia.
Mi conciencia me dice que no estoy actuando bien, pero el miedo de que sus hábitos y su conducta puedan hacer mella en Javier, me hacen actuar de esta forma. Ya sé que puede parecer una excusa muy pobre y que me debería regir por esos valores de los que tanto he presumido, pero todo lo referente a Javier es de suma importancia para mí, y no puedo evitar sentir ese temor.
En estos días he pensado que quizá si el día de mañana este niño acaba siendo un "pequeño delincuente" o una persona conflictiva, será por culpa de esta sociedad, en la que me incluyo como primera culpable...
Llevo tiempo lanzándole indirectas a mi hijo, indirectas que él caza al vuelo y que no acaba de entender, sobre todo por mi repentino cambio de actitud.
Supongo que si el problemático fuera mi hijo, agradecería una reacción distinta a la que estoy teniendo yo, pero a veces lo más fácil es mirar hacia otro lado, y creedme, no me siento orgullosa de ello.
Al fin y al cabo es solo un niño, y aunque se escude detrás de una supuesta fuerte personalidad, supongo que él querría que lo vieran igual que al resto....
5 comentarios:
Terrible dilema sí, pero no es un niño si no dos, uno porque es conflictivo y otro al que hay que proteger para evitar que se pueda volver también conflictivo.
Yo haría lo mismo que tú.
Aunqeu supongo que lo más importante es que Javier sea capaz por si mismo de diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal de las cosas que hace el otro niño.
De lo que si estoy convencido es que los problemas que causa la sociedad no tienen cura porque el ser humano no es perfecto.
yo haria los mismo que vos y lo hice en alguna ocasion y visto lo visto ,me salio bien, ojala bastara con decirtelo...
en la carrera de ser madre a veces hay que arriegarse a tomar las decisiones que creemos oportunas...
besos linda..
Pues estate tranquila porque no es tuyo el problema es de sus padres y sus tutores,nuestra misión como madre es educar a nuestros hijos como mejor sabemos y alejandolos de los conflictos es muy buena cosa porque así ellos aprecian lo que esta bien y lo que esta mal,a mi me paso lo mismo y hasta que no puse distancias y la criatura se vio sola ni ella ni la madre reaccionaron,así que tu no te comas el coco,aunque es duro y te de pena,no es tu problema,tu problema es tu hijo.
Perdona he sido muy drastica,pero rs que me comen los nervios en estos temas,somos tan buenas que parece que tengamos que vivir los problemas de los demas,estate tranquila porque seguro que su madre duerme muy bien todas las noches y tu no tendrias por que comerte el coco.
Un beso y ánimo guapa,no se puede ser tan sufridora,te lo digoi por esperiencia.
Isa
Si en el fondo sé que es lo mejor, pero me siento mal cada vez que intento incrementar esa distancia.... Deberían de haber venido con un manual debajo del brazo...jajaja.
Gracias a tod@s...
Pues creo que mi opinión va a contradecir algo al resto de comentaristas pero es que creo que deberías mantenerte al margen. Si bien es cierto que siempre debes de diferenciar lo que está bien o mal respecto a las actitudes de los otros niños también lo sería el hecho de que, ya que has educado a tu hijo con valores adecuados, debería de encontrarlos en los demás y respetarlos o juzgarlos si los creyese inadecuados. Si le prohíbes ir con él crearás dos conflictos. Uno: Javier pensará que eres demasiado autoritaria y no tienes derecho a juzgar quienes son o no sus amigos. Y dos: Puede desobedecerte aumentando aún más el riesgo de caer en la mala influencia que pueda suponer el otro niño.
Mi madre me prohibió muchas veces juntarme con según quien y te puedo asegurar que jamás le hice caso. Y, con el tiempo, tampoco acabé bajo las malas influencias. Si confías en tu hijo y le haces sentir tu confianza seguramente obre adecuadamente.
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