sábado, 24 de septiembre de 2011



Cuánto echo de menos ser....princesa...

lunes, 19 de septiembre de 2011

Una nueva andadura....


En varias ocasiones he comentado que la existencia de este "mi espacio", se origina por mis miedos, principalmente, como madre... y como bien dice la cabecera de mi blog, miedos e inseguridades que crecen a medida que lo hace sobre todo Javier.
Comienza una nueva andadura, o mejor dicho, comenzamos juntos ese camino, y por lo que a mí respecta, con una serie de temores que quizá, y sin pretenderlo, le esté transmitiendo.
Nuevas amistades, una ubicación diferente y un método educativo totalmente distinto, hacen que sea un cambio demasiado brusco teniendo en cuenta que tiene tan solo 11 años.
Confío en él, en su capacidad para el estudio, pero me asusta que esa personalidad tan especial que posee suponga una auténtica traba.
Hasta ahora ha sido un niño que se ha adaptado muy bien a los diferentes grupos con los que ha estado, nunca ha pretendido destacar o llamar la atención. Suele parecerle todo bien, digamos que se amolda con facilidad a los demás, y sin saber muy bien si debo definir esto como un defecto o una virtud, he de confesar que en eso se parece muchísimo a su madre.
Yo creo que existen dos clases de líderes: aquellos que se auto proclaman como tales con la resignación y aceptación del resto, y los que son designados por el grupo porque realmente tienen el carisma necesario. Pues tanto mi hijo como yo no perteneceremos jamás a ninguno de esos dos grupos, aunque también sería justo mencionar que por lo que a mí respecta, nunca he echado de menos ocupar ese lugar.
Yo ....sencillamente...lo único que deseo es que no sufra.... o al menos lo justo en estas edades, y ya sé que ha de pasar por las diferentes etapas de la vida equivocándose y aprendiendo de esos errores, y para ello, deberá de hacerlo solo. Este pensamiento es objetivo y procede de la teoría pura y dura, pero como madre, he de admitir, que el instinto me lleva a querer protegerlo por encima de todo.
Se parece tanto a mí....que siento un miedo horrible de que cometa mis mismos errores, que deje atrás el mejor camino y sobre todo que no haga nada por remediarlo a tiempo.
Le digo mil veces que me siento orgullosa de como es , y aunque sabe que espero quizá demasiado de él, creo que también sabe que pase lo que pase, ese sentimiento de orgullo permanecerá ahí.
Siento que no me defraudará, lo siento de veras... pero no por si estudia una cosa u otra..o porque saque la mejor nota, sino porque será una gran persona, y el mérito de esto no creo que se me deba de atribuir a mí, porque estoy convencida de que es algo innato en él.
Supongo que mi cometido a partir de ahora es apoyarlo, aconsejarlo y sobre todo quererlo como hasta ahora lo he hecho y no hace falta decir que esto último es lo que más fácil me resultará....
Y admito que el mayor premio que la vida me podría otorgar sería que, cuando se convirtiera en todo un hombre, al mirar hacia atrás, se sintiera orgulloso de de mí....