miércoles, 24 de febrero de 2021

Tiempo de hambre...

No corren buenos tiempos...
No, no corren buenos tiempos para cuerpos fríos en busca de abrigo, de templanza, de una calidez que los envuelva y proteja.
No lo son para sueños que, oxidados, intentan volar hacia un infinito cada vez más incierto, ni para heridas que intentan cicatrizar a base de lametones y arrumacos que llegan desde insalvables distancias.
Tiempo de soledades impuestas, de ímpetus congelados, de desganas nutridas de apatia y resignación. Época de excusas que enquistan y atormentan almas sedientas de consuelo y de merecidos descansos.
Tiempo de hambre. Ansiosos apetitos que hacen rugir corazones vacíos, anémicos, capaces de mendigar voluntades...buenas voluntades...
Temporada de miserias, de manos vacías sin nada que ofrecer y nada por recoger. Manos cansadas de escarbar entre secas entrañas donde ya nada puede germinar.
No corren buenos tiempos, no... Tú y yo lo sabemos. Olemos a poleo seco y naftalina, repudiando aquellas viejas mariposas que ahora parecen alimañas.

Y la mayor tristeza, no es la escasez, la nostalgia o la penuria de este tiempo de prosa gris, sino la costumbre de ello hecha rutina...nuestra rutina... 

No hay comentarios: