miércoles, 15 de diciembre de 2021

Puta tristeza...

Ella lo ocupa todo.
Se multiplica como una plaga silenciosa y, haciendo guardia, espera un momento de debilidad para embriagar de sequía un cauce de vieja savia. 
Tristeza que encumbra miserias, nostalgia y olvido, cobrando peaje a quien penetra en pieles ajenas para desnudar... y abrigar. 
No miro su cara, ni las cuencas vacías de unos ojos que roban realidades; mi realidad, y la que a golpe de anhelos, llegó a ser también la tuya. 
No desaparecerá con susurros huérfanos de verdad, ni juegos de palabras capaces de exaltar egos a costa de hundir vanidades. 
Habita en mí, tomando una posición privilegiada y, reuniendo un ejército de sombras, tiñe de oscuridad compromisos y talantes encarnados, maquillados quizá, para salvarme de ella... y de mí misma. 

martes, 7 de diciembre de 2021

Shhh...

Cansada de silencios que acaban gritando amenazas beligerantes. Gestos tintados de indiferencia que solo provocan más indiferencia. 
Hastío tras indultar a cada uno de tus fantasmas cada día, esos que dejas hablar por tí y que cuentan solo lo que deseas oír. 
Mándalos callar. 
Que se ahoguen en tu victimismo... y en su confusión. 
Que queden mudos de palabra y de hecho. 
Ni un verbo más. Imperativos a los que yo no pienso volver a obedecer. 
Silencia sus gargantas. Voces repletas de perjurio y traición a una vida que se han ganado a golpe de dudas y recelos. 
Para ellos pido una mordaza de justicia y verdad. Para tí, cierta dosis de cordura... y suerte. La vas a necesitar... 

sábado, 4 de diciembre de 2021

Atada a tí...

Ágiles y ligeros, ofrecen salvarme. 
Emprenden un vuelo que yo no puedo seguir, pero intentan hacerme despegar; despojarme de días que me anclan a una tierra estéril, repleta de espejismos y donde solo brotan dudas e incertidumbre. 
Planean sobre mí, y me siento cometa atada a sus halagos con finas cuerdas de afectos y promesas, que no resistirán el peso de mis realidades... ni de sus fantasías. 
Bajo su vuelo, me siento pequeña. Mis pies pesan y no consiguen elevarse sobre cenizas producidas por fuegos que devoraron ilusiones, anhelos y fe... 
Y vuelven cada día, en un intento de redimirse para poder continuar así con su vuelo... y su utopía... 

jueves, 2 de diciembre de 2021

Odio "malencajar"...

No me gustan los cristales opacos, ésos que ponen barreras a luces, y solo muestran sombras. 
Odio buscar la fecha de caducidad de sensaciones añejas de sabor, y efímeras de valor, o despertar en el séptimo cielo, e irme a la cama oliendo a azufre y a piel calcinada. 
Detesto encerrar la inteligencia bajo cien candados, para dejar en libertad frases disfrazadas de banales y ridículas excusas. 
Me molesta bailar siempre al mismo son,  sobre todo cuando no soy yo quien marca el ritmo, ni elige lugar, día y hora para bailarlo. 
Y aun así, miro tras velados cristales, sigo buscando emociones llegando a su término, he confiado a la torpeza la llave de centenas de candados, y bailo tras impuestos compases... Y quizá vivir entre tanta contradicción venga dado por la necesidad imperiosa de encajar en todos los puzzles, salvo en el mío propio... 

sábado, 27 de noviembre de 2021

Garabatos...


Cada uno de sus trazos fue delineado por manos ajenas. Esas líneas fueron creando una personalidad neurótica y enrevesada, donde algunos tachones definen errores y estilizan verdades. 
Se limita a esperar la próxima raya mal dibujada, quizá por pulsos inestables, o por puños rudos (o torpes), y que tan solo añadirán marañas donde seguir envolviéndola. 
Es incapaz de empuñar el lápiz para dibujar su propia línea de meta, o la recta final donde reconocerse entre tanto desconcierto. 
Y perdida entre sus propios garabatos, intenta sobrevivir a la tinta que la ahoga cada día... 

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Graznidos...

Como alimañas se aproximan a ella. Robándole terreno, y tiempo. Revolotean a su alrededor amenazantes, desplegando su oscuridad a la vez que baten sus negras alas. 
Y escucha cómo la acusan. La cuestionan. 
Después, sus palabras parecen herejías escupidas sin piedad y con la cobardía de quien se esconde tras veinte poemas de amor y una canción desesperada, quizá porque siempre fué una malograda Neruda. 
Siente cómo se encoje, haciéndose cada vez más diminuta e imperceptible, y una vez más, es anulada por un graznido sordo y seco que parece brotar de su garganta, convirtiéndose en el verdugo que destripa muchos "por qué"... y algún "porque no"... 
Acabaron con cada destello, pero no se alejaron. Ahora hacen guardia ávidos de brillantes despojos, esperando otro cuerpo capaz de encender la llama de unos ojos vacíos de luz y llenos de gris ceniza... 

lunes, 22 de noviembre de 2021

Haberlas, haylas...

Sangre corriendo por las venas
envenenando conciencias 
(y decencias). 
Savia que engendra placeres
y genera ganas en el huésped
que habita cada noche en ella. 


Descarada entre las sábanas, 
busca beber pecados en cálices
consagrados de necios escrúpulos
hasta saciarse de verdad... y perdón. 
Y estruja cada momento con
la plenitud de verse desbordada
de antojos, ansia y osadía. 
Pero es juzgada por pupilas dilatadas 
de rencor, que dictan sentencias 
apuntando hacia fuegos que
redimen culpas más ajenas, que propias. 
Que la quemen en la hoguera.
Mejor morir como bruja, 
que sobrevivir con 
postizas coronas de ojalata... 

domingo, 21 de noviembre de 2021

Anclada...


Arrastrando una vida 
que pesa tanto como
los pasos que nunca
se dieron, 
o el tiempo que
no se vivió. 

Carga con rutinas
y hábitos que la 
conducen hacia
inercias suicidas, 
donde todo es 
irrespirable, 
porque el aire 
también se torna 
denso y pesado. 
Y las prisas pesan, 
y las ganas pesan, 
y hasta las sonrisas
terminan siendo lastre... 
y castigo... 
No avanza. 
Permanece anclada, 
sin poder acortar 
las distancias
entre suspiros, 
ni recorrer las líneas
de su propia mano... 

sábado, 30 de octubre de 2021

Derrota(da)

Derrotas que se clavan como puñales, como dardos envenenados escupiendo el veneno del cansancio y el hastío. 
Días demasiado largos esperando noches cortas y frías, oscuras y frías, lánguidas... y frías, tan gélidas que hielan sangre... y latidos. 
Y aunque busques abrigo en refugios improvisados, o maquilles la desgana con sonrisas de papel charol, la vida no te ofrecerá más de lo que necesitas... o mereces... 

domingo, 10 de octubre de 2021

Demolición...

Templos que se
desvanecen
frente a Dioses
sin clemencia. 
Partículas de vida
esparcidas
como simiente
que jamás germinará, 
y vacío... Vacíos 
que llenan ojos que juzgan 
y sentencian. 
Templos condenados
a ruinas y podredumbre, 
alimentándose de
egos prestados (y robados). 
Polvo incrustado
en huesos y piel, 
vistiendo de gris
un cuerpo
que se disipa
con cada soplo
de vida... 

lunes, 27 de septiembre de 2021

Tus huellas...

Como una prenda íntima
bajo la ropa, 
supiste marcar
con tus dedos mi desnudez. 
Cada señal se hundía
en una piel
que la cobijaba y envolvía, 
dibujando lascivos caminos
por los que degustar
tu hiel... y mi sal. 
Vestigios de la presión
(y pasión) de unos dedos
ávidos de un cuerpo
que nunca le perteneció. 
Y en la intimidad de mi piel, 
guardaba el rastro de cada huella, 
hasta que llegó tu invierno
y las cubrió de recuerdos
en forma de vieja lana... 

sábado, 25 de septiembre de 2021

Alimentando sombras...

Testigo de un rostro
que escupe las miserias
escondidas bajo su piel. 
Inseguridades que tiñen
de rojo todo a su paso, 
desarmando voces... 
e identidades. 
Cansada del calor 
que vomita cada poro, 
calcinando soñadas
(e inventadas) osadías. 
Apariencia ridícula
y frágil, 
y un desgaste que
acaba devorando
luces, y alimentando
sombras.

martes, 21 de septiembre de 2021

Lee(me)...

Elegiste leerme. 
Piel que contaba piadosas
mentiras con aspecto
de medias verdades. 
E inmerso en su lectura
buscaste entre sus pliegues
el resumen y acopio de años
y daños
que aún no tenían punto y final. 
Renglones subrayados de
vivos colores y miserias
ahogadas en charcos de tinta. 
Puntos suspensivos que 
marcaban caminos
sin retorno, 
donde perderse 
en la frase exacta, 
ésa que te invitaba a seguir
leyéndome entre las piernas...

lunes, 30 de agosto de 2021

Deshojándome...

Voy a coser margaritas en mi piel
y que, como botones dorados
de antiguas casacas, 
adornen una desnudez
que libró mil guerras sin cuartel. 
Serán aderezo y refugio
en el gris que escupe mi piel, 
y escudo frente al hedor
de un cuerpo marchito 
por decadencias y olvido. 
Las deshojaré para aliviar
dudas... e inventar certezas, 
y en cada pétalo arrancado, 
la inquietud y el anhelo 
de quien nunca supo 
de fortuna, 
ni de realidades...

miércoles, 11 de agosto de 2021

Nuestro tiempo...

Y paramos el tiempo, 
fabricando paréntesis entre los labios, 
encerrando los relojes 
que amenazan y encadenan, 
y convirtiendo mis lunares 
en puntos suspensivos 
capaces
de dilatar las pausas entre gemidos... 
Lo hicimos dibujando un laberinto
en la espalda, dejando besos marcados en cada paso para encontrar así la salida, 
aunque acabemos perdidos 
entre beso y beso, 
y entre tanta vida. 
Se detuvo. 
Y el único ritmo fué marcado 
por pulsos descontrolados, 
latidos que congelaban minutos 
y aceleraban lascivos placeres 
a punto de culminar. 
El tiempo, nuestro tiempo... 
Momificado y disecado 
por el aliento entrecortado
de cada jadeo
mientras tus huellas repasan
el camino que inventaron
tus besos en mi espalda. 
Y en pequeñas dosis
seguimos tomando el antídoto
en píldoras comprimidas
con los miligramos exactos 
de besos, jadeos, caricias 
y orgasmos
capaces de seguir deteniendo
ese enemigo llamado tiempo... 





domingo, 8 de agosto de 2021

Para Hana...

No te reconozco entre tanta miseria. No eres tú. Voces ajenas y remolinos propios te engullen y encadenan. 
Te tiemblan las ganas mientras sigues echando un pulso a quien te muestra luz y verdad, pagando con indiferencia y distancia... Con resentimiento y silencio... 
Miedos frente al reflejo de un futuro incierto, porque el presente ya no preocupa. Anda guardado en bolsas de basura, y como despojos desechados, pierde valor cada día. 
Instintos que parecen no ser suficientes porque falsos afectos ocuparon su lugar, y una culpabilidad dirige pasos hacia caminos inciertos. 
No te salvarán los oasis prefabricados en tu primera sed, ni el sonido de las palabras que siempre te gustó escuchar... No, no lo harán. 
La solución no está fuera. Aprende a buscar en el lugar adecuado... (Y por favor, vuelve...) 

jueves, 22 de julio de 2021

Rompiendo(me) ...

Días que se visten de un luto riguroso. Un negro deslucido que hace juego con el humor que se esconde tras la misma sonrisa de siempre. 
Balas en la punta de la lengua y garras afiladas dispuestas a destrozar buenas voluntades, esas que se acaban deshaciendo ante tanto agravio. 
Y mientras, la tristeza tensa cada vez más las cuerdas de una garganta exhausta por detener los demonios que se empeñan en salir. 
Mis tristezas, rabia y dolor, frutos de lo propio y lo ajeno, de lo vivido y soñado, de una nada y un todo que, a veces, también consume. 
Y así me hallo, derribando castillos de naipes que alguien construyó en lugar equivocado y arrastrando miserias en las suelas de viejos zapatos que ni siquiera calcé, y que abrillanto con cada una de mis neuras... 

lunes, 19 de julio de 2021

Realidades...

Balanzas que revelan que un vacío pesa más que mil sueños, inclinándose ahora hacia el lado opuesto, ése donde la realidad se abre paso entre un falso confeti. 
Riesgos que ya no valen la pena, ni la vida... 
Besos que te elevan al séptimo cielo, pero que se convierten en caída libre cuando dejas de percibir su sabor. 
Cansancio. Desgaste. Historias que te pones para dormir y que son imposibles de llevar al despertar. 
Y una objetividad confusa y raída juega a la ruleta rusa temiendo cada vez menos el momento en el que la vida escupa la bala... 

miércoles, 14 de julio de 2021

Buscando el norte...

Buscando destinos donde podamos ser, más que estar. Puntos cardinales que orienten quimeras desgastadas y vidas por colmar. 
Mapas llenos de caminos por recorrer, y una piel que dibuja brújulas a seguir cada vez que se eriza, para decirnos que por fin, hemos llegado. 

viernes, 9 de julio de 2021

Ilusiones...

Las dejó en libertad. Ilusiones que quizá nunca le pertenecieron por completo. Prestadas en mensajes cobijados en la oscuridad de la noche y en cada uno de los planes que nunca pudieron realizar. 
Las dejó escapar. Salieron sin hacer ruido, dejando cansancio y resignación donde antes se vestían con delirios sus ganas. 
Su jaula quedó ocupada por un cuerpo inapetente e inerte, vomitando versos que lo anclaban aún más a su desidia. 
Las dejó, sin más. Ahora son más libres que ella. La observan desde fuera, esperando un gesto de complicidad que las invite a volver, a llenar con puntos suspensivos la comisura de sus labios, a vivir Octubres en pleno verano y a proclamarla Reina de antiguos imperios. 
Pero partirán cual golondrinas buscando calidez y cobijo. Dejando vacío, silencio y más nostalgia de lo inventado... que de lo vivido...

viernes, 2 de julio de 2021

Reavivando fuegos...

Quiero hacer una hoguera
donde quemar las palabras 
que no puedo tragar. 
Atizar las ascuas y rellenar
con ardientes pavesas las cuencas
de unos ojos vacíos de razón 
y vanos de verdad. 
Que escaparan en su humo
los perdones que no siento, 
y esa vehemencia que envenena 
frágiles corduras. 
Y emanaría ese inconfundible olor 
a amor quemado incluso 
mucho antes de arder, 
tiznado ya por cenizas 
de pretéritos fuegos
que nadie supo avivar. 
Llamas que devorasen 
indulgencias no merecidas
ante lobos disfrazados
con suaves lanas. 
Deseo ser ese Prometeo
que robe el fuego donde 
prendan tus culpas y consuman
mis ganas. 
Y entre llama y llama 
salvarnos del invierno
de tu cuerpo y
del infierno de mi boca...

martes, 25 de mayo de 2021

Simplemente Yo...

Deja que no me ponga nada y mírame. Observa quién soy. Sin el peso de expectativas que cumplir, ni disfraces apolillados para los que ya no doy la talla.
Búscame en la constelación que forman mis lunares y en la calidez que se aferra a mi nuca. No seas intruso en el cuerpo que te venera y acoge. No me sueñes, ni inventes, ni pienses distinta. Ahora seré yo, sin abalorios que adornen el reflejo de espejos propios... ni ajenos... 
Mírame. Repasa cada pliegue de mi piel. Ya no hay recelos escondidos ni olor a engaño. Solo yo. Envuelta en ganas, vieja savia y verdad. 
Y apréndeme amor, vive aquí, amparado en mi sombra, compartiendo anhelos y firmando todos mis salvoconductos...

sábado, 22 de mayo de 2021

Tus ganas... (Son las mías)

Deseo probar tus ganas. Sentirte mezclado entre la sal de mi sudor y anclado en mi sexo. 
Envenenarme con tu aliento mientras pido clemencia al peso de tu cuerpo, ése que me empuja y domina al ritmo que marcan tus caderas. Y quizá después, cuando consiga domar las prisas, avanzaré desprotegida frente a tu hambre, alimentando con pausas el compás de mis labios, mientras sellan con silencios tu boca en cada gemido.  
Y cuando tus manos se pierdan en la rigidez de mis senos, aprenderás a leer el placer en una piel que te pertenecerá más que a mí misma... 

viernes, 21 de mayo de 2021

Mar de oportunidades...

Ríos de magia desembocando en un mar de sonrisas sin disfraz, cubriendo de brillantes tonos plateados sus aguas sin depender de reflejos prestados por inalcanzables lunas. 
Profundas aguas donde sirven de guía miradas llenas de luz, estelas que te regalan el Norte perdido después de algún naufragio. 
Caracolas que susurran preciosas melodías que sirven de banda sonora a vidas sordas hasta ahora, y que reciben cada nota como el triunfo de quien nunca supo ganar.
Oportunidades de un mar que decide hoy hacia qué orilla llegar, y la corriente arrastra insípidos corazones para llenarlos de sal y, sedientos y a bocanadas, vuelven a beber vida... 

miércoles, 12 de mayo de 2021

Vacíos...


Vacíos... 
Lágrimas que secó la indiferencia.
Pulmones que envenenan el aire que inhalan.
Latidos pesados que arrastran arrítmicas melodías. 
Y vacíos...
Cansancio acumulado.
Sutil agonía que sigue marcando el camino establecido.
Cobardía disfrazada con la máscara de una efímera sonrisa.
Y vacío...
Huellas que pesan más que marcan.
Tactos que sólo acarician cuerpos.
Cuerpos vacíos.
Vacíos de almas... 

sábado, 8 de mayo de 2021

Un vuelo libre...

Dormida y aletargada. Inmersa en sueños que la hicieron envidiar las vidas que nunca vivió. 
Pero aprenderá a tejer sus alas lejos de promesas escupidas por bocas que cuentan medias historias, porque las completas dejarían cadáveres en el camino. 
No más excusas que, como arapos mal remendados, deslucen colores...y ganas.
Ya no comprará quimeras de imitación a cambio de falsas dignidades, y dejará de mendigar tiempos presentes, porque arrullada en sus alas, siente que la vida le debe una canción... y un vuelo libre... 

martes, 4 de mayo de 2021

Rellenando grises...

Trazando pinceladas, 
matizando colores y
reavivando una vida 
de película en blanco y negro.
Con una inmensa paleta de 
extraordinarios colores, 
y sin saber cuál he de usar.
Como si no supiera combinar 
tonalidades y, sobre todo,
con un miedo inmenso de
salirme del trazo establecido.

No alcanzo más que a trazar 
difusas siluetas que cobran 
forma tan solo con la distancia 
y la percepción de aquel
que aprendió a soñar en soledad. 
Rellenando un gris que deja 
tras de sí sensaciones lapidarias,
tan grises como el color de la piedra 
donde se encierran los corazones 
de quienes jamás pudieron brillar.
El mío??.... El mío busca la espada 
de Excalibur en forma de pincel....

domingo, 2 de mayo de 2021

Buscando(nos) sin límite...

El calor entre los muslos y el latido de un corazón que, fuera de su lugar, bombea tus ganas buscando la humedad que saciará su sed, ésa que lo lleva hacia tí, que lo amarra a tu cintura y se llena en cada gemido. 
Y cuando él esté en tí, solo importarán las pausas que le concedes en cada cambio de ritmo, y acabará perdido en el hueco de tu espalda, arqueada por un placer que lo hace más tuyo que el aire que respiras...

viernes, 30 de abril de 2021

Del gris... al negro...

He perdido la bondad. Rebusco en cada rincón, con el nerviosismo de quien busca un par de monedas en los bolsillos porque no le llega para el café de la mañana, sin saber muy bien cómo empezar el día sin la dosis necesaria de cafeína, o en mí caso, de ternura.
Ya no reconozco en mí fe alguna. La empatía ahora se refleja ante ese espejo roto al que ya nunca me asomo, y me pellizco las entrañas a veces buscando humanidad, encontrando solo rabia contenida. 
Egoísmos que brotan donde antes había sequía, y carencias que ahora se llenan de lo que arrastran esos lodos. 
Decepciones ante el reflejo difuso de aquella que un día fui. Delirios de quien no se reconoce más que por la sombra... 

jueves, 29 de abril de 2021

Escalera real...

Tú, que comienzas la partida sin marcar las reglas del juego. El que se enfunda el disfraz de un D. Juan de pacotilla, deshojando margaritas justo antes de salir de cacería. Ése que se empeña en construir castillos de naipes en utopías desfasadas, porque teme vivir una realidad que destruya su estridente armadura. 
Si, tú. Aquel que solo sabe repartir sensaciones como si de cartas se tratara en una mala mano de poker. 
Yo... me planto. Soy escalera real. Supera eso. 


lunes, 26 de abril de 2021

Distancias...

Relaciones imposibles e impasibles ante una distancia que impone y escribe un final ya antes de comenzar. 
Y las carencias se suplen con historias inventadas justo antes de dormir, dejando la puerta abierta para los únicos que siguen sin abandonar este barco a la deriva: los sueños. 
Ganas prefabricadas, con patrones establecidos y recortadas con las mismas tijeras de siempre: las excusas. 
Quiero tensar este hilo y traerte a rastras hasta aquí. Pero es como el que tira de una cometa cansado ya de jugar, sin ser consciente que ha sido ésta la que se entretiene volando en libertad a costa del que está al otro lado del hilo. 
Búscame en tus ganas, en tus domingos y en tus noches. Hazlo de madrugada, entre las arrugas de tus sábanas y en cada pliegue de tu cuerpo. Pero hazlo amarrado a mí, sin hilo del que tirar, sin juegos, ni sueños, ni excusas... Solo con la complicidad de la piel sedienta de unas ganas que empapen alma y colchón... Ése que solo sabe alimentarse de sueños cada noche... 

jueves, 22 de abril de 2021

Enmudecida...


Tragedias de papel mojado. Como cuentas de un collar cayendo una a una al fondo de un profundo pozo. Emergen ahora como nubes de humo oscuro y espeso, empujando al cobarde a rodearlas y, desde la distancia, clasificarlas y definirlas con el desdén de aquel que nunca quiso atravesarlas. 
Tristeza sumergida, maquillada ahora por colores de imitación que se venden baratos en cualquier esquina, pero sin la garantía del mercader que es capaz de traficar con ellos.
Y entre tanto disfraz, el desaliento vuelve a ser dueño y señor de miserias enmudecidas ante el dedo que te señala como verdugo de tu propia historia. 

lunes, 19 de abril de 2021

Soledad...


Soledad impuesta por aquellos que esculpieron promesas en la fría losa que hoy la aplasta y encadena.
Vacíos que alimentan al verdugo que ahoga ilusiones y que, a pequeños sorbos, envenena sus ganas.
Y se deja matar cada día un poco más. Sin oponer resistencia. Asumiendo derrotas que colecciona y talla en su piel en forma de collar, aquel que lucirá en cada nueva fiesta, aunque de nuevo ella sea la única invitada...

jueves, 15 de abril de 2021

Como Alicia... en algún país...

Un arcoiris bajo sus descalzos pies la llevaban casi en volandas hacia un destino incierto e inquietante.
Esa alfombra multicolor mitigaba la fria oscuridad que se fundía entre sus vísceras cada día.
Y soñaba... soñaba con ser Alicia en un país de maravillas, y dejar de vivir en un cuento inacabado, o cambiar de fábula y, cual Dorothy, pasear por aquel camino de baldosas amarillas sin miedo a perderse. 
Pero al abrir los ojos el viejo conejo con chistera pasó a ser el verdugo de su conciencia, y aquel camino dorado se tornó en ese barrizal por el que era casi imposible avanzar. 
Y volvió a soñar despierta con aquella senda de relucientes losas amarillas... Ésa por la que caminar entera, sin dejar atascadas en el barro parte de sus entrañas...

lunes, 12 de abril de 2021

Mis mariposas...

Buscando mariposas a cielo abierto.
Rescatando solo aquellas que vuelan bajo. Las que no pudieron llegar hasta aquella nube con forma de delfín. 
Baten sus frágiles alas con movimientos rápidos, como si de una prueba de amor platónico se tratara para ascender alto, pero su reboloteo no las aleja demasiado del suelo.
Las recojo con la punta de mis dedos, sin dañarlas, mientras observo las grietas de esas alas gastadas por mil desengaños y colores diluidos por volar bajo saladas tormentas de lágrimas.
Intento sanar sus heridas ganas, zurciendo sus alas con hilos de doradas ilusiones y, ofreciéndoles abrigo, descansan en el ventrículo izquierdo de este viejo corazón.
Al despertar, se enfundan fantasías renovadas, aquellas que esta vez sí, las llevarán alto...muy alto, y abandonan esta cavidad dejando profundos vacíos, quedando solo de ellas parte del polvo de sus alas en las yemas de mis dedos....

jueves, 8 de abril de 2021

Silencios que mienten...


Sabías que dolería. Y ahí estabas tú: como un pequeño roedor frente a su trozo de queso colocado en una mísera trampa. Dispuesta a correr el riesgo, dispuesta a demostrar que valdría la pena. 
El verdugo no fue la trampa, si no la locura que te envenenaba y empujaba a dar el siguiente paso. 
Y dolió. Dolió en las tripas, en el pecho, en los ojos y en la boca, incluso en los huesos cual humedad incrustada. 
Y el valor se tornó decepción, y las ganas miseria... Y aquella mudez que vestías de verdad, firmó al fin tu sentencia. 
Pobre alma ingenua... tuviste que morir para aprender que algunos silencios, también mienten... 

jueves, 1 de abril de 2021

Esperando ser leída...

Historias guardadas bajo la piel, esperando ser leídas antes de que fueran contadas.
Un nombre y el título de un poema aguardan ser descifrados y, aletargados, buscan quien erice y despierte la dermis bajo la que reposan.
Puntos suspensivos que mecen palabras al compás de silencios que no todos saben leer... ni escuchar... 
Y un punto y final que ancla al pecho el relato tímido y callado de quien solo puede vomitar todo aquello que su corteza, ya no es capaz de tapar... 

sábado, 27 de marzo de 2021

No siendo...

Diminuta. Frágil presencia que tiembla en cada paso. Inseguridades que evitan un vuelo libre y ligero, sin el peso de la duda de ser, o simplemente estar. 
Ridícula. No avanzar, no soltar, no cerrar puertas ni yerros pasados. Rubor por no saber ser, ni estar... 
Cansada. Arrastrando sueños y tormentos. Lanzando pérfidas sensaciones contra sí misma para alimentar de carroña sus ganas de ser... y estar... 
Pusilánime. Íntimos caminos recorridos con inciertos y lánguidos pasos que limitan almas ante la cobardía de quien nunca se atrevió a ser, ni a estar... 
Y en su diminuta, ridícula, cansada y pusilánime vida, a veces, ya no le apetece ser... y mucho menos estar...

domingo, 21 de marzo de 2021

Una forma de entender la vida...

La poesía cicatriza heridas. Cura y mitiga. 
Leerla es sentir la vida, escribirla te enfrenta a ella. 
Sentimientos alineados en renglones perfectamente ordenados con márgenes en blanco donde la imaginación anida. 
Es espejo donde reencontrarse y también rincón para perderse. Nido donde descansar y lavar conciencias para después guarecerse. 
Es mi abismo al que saltar después de cada batalla. En ella mis grises son más cálidos... En ella me reconozco con vida... 

miércoles, 24 de febrero de 2021

Tiempo de hambre...

No corren buenos tiempos...
No, no corren buenos tiempos para cuerpos fríos en busca de abrigo, de templanza, de una calidez que los envuelva y proteja.
No lo son para sueños que, oxidados, intentan volar hacia un infinito cada vez más incierto, ni para heridas que intentan cicatrizar a base de lametones y arrumacos que llegan desde insalvables distancias.
Tiempo de soledades impuestas, de ímpetus congelados, de desganas nutridas de apatia y resignación. Época de excusas que enquistan y atormentan almas sedientas de consuelo y de merecidos descansos.
Tiempo de hambre. Ansiosos apetitos que hacen rugir corazones vacíos, anémicos, capaces de mendigar voluntades...buenas voluntades...
Temporada de miserias, de manos vacías sin nada que ofrecer y nada por recoger. Manos cansadas de escarbar entre secas entrañas donde ya nada puede germinar.
No corren buenos tiempos, no... Tú y yo lo sabemos. Olemos a poleo seco y naftalina, repudiando aquellas viejas mariposas que ahora parecen alimañas.

Y la mayor tristeza, no es la escasez, la nostalgia o la penuria de este tiempo de prosa gris, sino la costumbre de ello hecha rutina...nuestra rutina... 

domingo, 21 de febrero de 2021

Abismo...


Su mente teje sin parar esa telaraña que aprisiona y paraliza sueños.

Solo sabe urdir viajes a profundos y oscuros agujeros, donde solo habitan seres imaginarios, cuya única misión es devorar ilusiones. Y el eco mudo de su garganta quiere hacerse hueco entre los despojos de quimeras que, a pesar de la masacre, siguen agonizantes esperando ser rescatadas de su verdugo.

Se empeña en enterrar cada atisbo de luz. Miedo de vivir en una superficie en la que no encaja...ni la entiende. Y ese corazón tímido e inseguro, que no permite visitas inesperadas, late despacio, sin hacer demasiado ruido.

Y cual malabarista recorre largas distancias sin mirar abajo, en esa cuerda floja que ella se niega a tensar, y con equilibrios sacados de su último poema, sobrevive, cargada de tinta y letras, a su propio abismo...

miércoles, 17 de febrero de 2021

Mis relatos...

 Batalla perdida... (Segunda parte)


Sus latidos habían disminuido hasta ese punto donde tienes que pararte a comprobar que el corazón sigue bombeando tu sangre. Sus pulmones estaban repletos de aire, el cual exhalaba con lentitud. Atrás habían quedado aquellas horas en las que el aire parecía no entrar en esas cavidades que intentaban funcionar bajo su pecho a medio gas, resultando a veces una labor que llegaba a dejarla exhausta... 

Y ahora, ya en casa, su mente parecía estar más abierta y despejada de lo que había estado en todo el día. Todo parecía cobrar sentido. Era más nítido, e incluso tangible. Pero necesitaba más tiempo aun para reflexionar sobre todo aquello que la asustaba, y anulaba....

Unos auriculares de un intenso rosa a su lado, sobre el sofá , y un par de libros aparcados en el suelo. 

La habitación estaba casi en penumbra, y las sombras de las que antes huía, ahora resultaban ser el refugio perfecto. 

Piernas flexionadas en una postura casi imposible ....y una paz inmensa en su mirada. 

Dibujaba con su dedo índice las líneas de algunos muebles, repasando cada forma como si pretendiera plasmar en el aire el escenario del que también ella era parte, y poder guardarlo en su memoria para disponer de él cuando tuviera la necesidad de ello. 

Sara apartó el pelo de su cuello, buscó en su móvil esa canción que escuchaba en bucle, acopló aquellos auriculares de color fosforito dentro de sus oídos y comenzó a tararear lo que parecía ser un nuevo himno en su vida.

Estaba segura de que aquellas canciones e incluso algunos escritos que aparecían frente a ella en muchas ocasiones, no lo hacían de forma casual, sino que por alguna extraña razón que no lograba comprender, la buscaban...vagaban percibiendo su energía, o sencillamente persiguiendo ese rastro de emociones que esparcía como un reguero desbordado de sensibilidad, nostalgia y melancolía. La cuestión es que eran una especie de señales que iban llegando a su vida en forma de música, o de maravillosos poemas, y desfilaban frente a ella, esperando ser escudriñados, descuartizados a veces, por el único don capaz de hacerlo de la forma más sutil y mágica: la capacidad de soñar.


Rubén había vuelto tarde de trabajar. Fatigado se dirigió ansioso hacia la ducha. Necesitaba soltar lastre y el agua conseguía por un instante arrastrar sus preocupaciones y tristezas por aquel desagüe.

Frotaba con fuerza su pelo con la toalla cuando Sara le vino a la mente. Fué hasta la habitación, dejando las huellas húmedas de sus pies descalzos por todo el pasillo...Al llegar al quicio de la puerta, miró el rastro de aquellas pisadas y, por un momento, le parecieron una de las pocas señales de su existencia, y es que desde hacía unos meses, parecía estar más en el mundo de los muertos que entre aquellos mortales que no le aportaban demasiado.

Se tumbó en la cama semidesnudo, intentando dejar en aquel colchón el estrés acumulado. No dudó demasiado en coger el móvil y buscar a Sara entre sus contactos. Ni él mismo sabía qué le conducía a buscarla. Quizá era más una necesidad para cubrir alguna carencia, que por un sentimiento real, pero lo que era indiscutible es que ella estaba presente en su día a día, y esa sensación lo reconfortaba. 


Sara mantenía sus ojos cerrados, como en una especie de hipnosis donde se sumergía cada vez que escuchaba música, y la vibración de su móvil la devolvió al mundo real.

Esbozó una ligera sonrisa. Era Rubén que, de forma divertida, la saludaba y le preguntaba como le había ido el día. 

Un whatsapp dejaba paso a otro con gran fluidez. Siempre fué fácil el diálogo entre ellos. Ambos tenían esa chispa capaz de enganchar al otro en una conversación y podían hacerlo durante horas sin perder por un instante el ritmo de la misma. 

Rubén era más culto. Tenía estudios universitarios, y esto unido a las experiencias en sus numerosos viajes, hacían de él un auténtico pozo de sabiduría, o al menos asi es como ella lo veía, pero a pesar de ello, él nunca presumió de estos conocimientos frente a Sara en ninguna de aquellas conversaciones. Hombre inteligente sin duda, con gran sentido del humor, don de gentes, con numerosas experiencias en su mochila particular y un encanto que despertó desde el principio en ella unas sensaciones demasiado agradables.

Sara era una soñadora nata. Extremadamente sensible, solo disponía de su capacidad para plasmar sentimientos en forma de escritos y diversos poemas. Era complicada. No dejaba a cualquiera entrar en su mundo, pero en aquella burbuja particular él se había ganado un sitio de honor.

Hacía demasiado tiempo que su relación no era la misma. Él era demasiado racional y eso contrarrestaba con la vehemencia de Sara, que siempre tuvo claro que estaba dispuesta a llegar más allá en aquella extraña relación. Durante más de dos horas, se intercambiaron decenas de mensajes y diferentes audios. Asi pasaban las veladas últimamente, detrás de la fría pantalla del móvil. Ella estaba completamente enamorada de él, y aunque en estos últimos meses habían estado distanciados, no había pasado ni un solo día en el que Rubén no hubiera hecho acto de presencia en su mente. En estos cuatro años, las idas y venidas habían sido la tónica general de la relación. El último desencuentro se había dado hacía un par de meses, y habría sido Sara la que tomaba la determinación de alejarse de él...-"cómo si fuera tan fácil",  solía pensar ella cada vez que intentaba reafirmarse en dicha decisión.

Aquella noche volvió a acostarse con la misma sensación: era una batalla perdida...


La alarma del móvil comenzó a sonar y sus ojos se dieron un tiempo hasta abrirse totalmente. Alargó su brazo y golpeó el móvil haciéndolo caer al suelo. En un movimiento ágil y rápido se sentó en la cama y recogió su cabello entre las manos para apartarlo de su cara. Se inclinó, lo recogió del suelo y nada más apagar la alarma...allí estaba: Rubén le daba los buenos días y le preguntaba qué tal había descansado. 

Su cara se iluminó. A solas no tenía que fingir, ni intentar demostrar que tenía la situación controlada. Acercó la pantalla del móvil hacia su pecho, y se inclinó hacia atrás hasta tumbar su espalda sobre el colchón. Volvió a poner el móvil a la altura de sus ojos y se dispuso a contestarle con un -"Buenos días Rubén...he vivido noches más intensas", seguido del típico emoticono guiñando un ojo. 

Se volvió a incorporar y comenzó a buscar las zapatillas por la habitación todavía a oscuras. No podía dormir si entraba ni un solo rayo de luz, y como si de un ritual se tratara, bajaba persianas y corría cortinas cada noche antes de acostarse. 

Consiguió encontrar solo una de las zapatillas, se la calzó y se dirigió al baño con una ligera cojera por la diferencia de altura en sus pies. Se paró delante del espejo, abrió el pequeño cajón de la derecha y cogió uno de sus coleteros. Lo sujetó entre los dientes mientras se hacía un recogido en el pelo con ambas manos, y lo colocó de forma rápida y descuidada. 

-"¿Qué puede ver en mí?..." No era la primera vez que se cuestionaba aquello, era algo así como una duda existencial que la martirizaba en numerosas ocasiones.

Hizo una mueca de despreocupación levantando ambas cejas y apretando los labios, y dejó aparcada y sin respuesta una vez más aquella pregunta.

martes, 9 de febrero de 2021

Si pudiera...


Hipotecaría cada latido para ofrecerle vida, y mezclaría el color de mis pupilas para teñir su plateado cabello.
Alisaría cada arruga con esmero, curtiendo con mis manos una piel castigada por los años.
De cada uno de mis suspiros, le regalaría el oxígeno más puro, para que nunca le faltara el aliento, y con las alas que prenden mis sueños, la llevaría en volandas para calmar cansancios.
Mi pulso, para mitigar temblores, y ese par de costillas flotantes, como bastón para que su paso fuese más firme y seguro.

Ya nada se tornaría borroso, porque la ventana de mi imaginación, quedaría perfecta en sus ojos...

Y amor. Amor para calentar sus pies en invierno, y su alma en interminables noches. Amor para sanar heridas y borrar cicatrices. Amor para protegerla. Amor para salvarla. 

Y nada de esto es mío... Ni los latidos, ni el aire que cala mis pulmones, ni el pulso, costillas o alas...ni siquiera el amor es mío... Todo me lo dió  ella...y a ella volvería si pudiese... 

domingo, 7 de febrero de 2021

Mis relatos...


Batalla perdida...

Sara cogió aire como si tuviese que sumergirse en una piscina de tres metros de profundidad. Inclinó su cabeza buscando el contacto de su viejo coche y giró la llave varias veces, hasta que escuchó rugir bajo el capot de aquel Renault del 2001 el sonido de un motor que estaba prácticamente agonizando. Apretó con fuerza el volante con ambas manos, y se dirigió, como cada día durante los últimos 10 años, hacia un trabajo que le aportaba, no solo estabilidad económica, sino también la liberación de un pasado en el que no había existido prácticamente ninguna motivación.

Estas últimas semanas estaban siendo más duras de lo habitual. La situación actual, con la pandemia como protagonista, se había recrudecido, y algunos días costaba estar en primera línea de batalla.

Pulsó el botón de la radio en un intento de distraer su mente. Desde que sonó la alarma de su móvil a primera hora de la mañana, no habia podido dejar de pensar en Rubén.

En su última conversación, Sara no había encontrado respuestas, al menos no las que ella necesitaba. 

Rubén era sumamente inteligente. Siempre intentaba evitar una discusión, o cualquier tipo de polémica. Sabía perfectamente como encauzar la conversación a su antojo. A veces, disfrazaba la realidad con chascarrillos y bromas que no tenían demasiado sentido, o al menos no para Sara, que estaba bastante cansada de dejarse llevar, aun siendo consciente de aquella patética manipulación.

El sonido de un claxon la devolvió al mundo real. El semáforo ya estaba en verde, y el conductor del vehículo que tenía justo detrás, parecía estar más atento a las señales luminosas de aquel artilugio que ella.

Continuó la marcha con algo de nerviosismo por el despiste, y notó como sus mejillas se habían enrojecido. Bajó un poco la ventanilla para aliviar el calor de su rostro, y aquel pañuelo que siempre llevaba anudado al cuello le resultó, por un instante, sofocante.

En la radio había empezado a sonar "Total eclipse of the heart" de Bonnie Tyler, y Sara empezó a relajar los músculos de sus brazos. Su flequillo comenzó a revolotear sobre sus ojos, hasta que se apartó hacia los lados dejando su frente al descubierto. Le daba un aire desenfafado y mucho más juvenil. Su inseguridad le hacía esconderse detrás de ese gran flequillo que, a veces, tapaba parte de sus ojos, y que solía retirar con un soplido producido por una graciosa mueca. 

Comenzó a tararear la famosa melodía ochentera, y consiguió apartar a Rubén de su mente.

Aparcó muy cerca del trabajo, y justo cuando se disponía a bajar del coche, sonó el tono del whatssap, y casi de forma instantánea, su mente vinculó la figura de Rubén con aquel sonido. Buscó de forma nerviosa el móvil en su mochila. Era grande y con muchos compartimentos, y a veces parecía un pozo sin fondo. El nerviosismo comenzó a aumentar a medida que pasaban los segundos revolviendo el fondo de aquel viejo petate que hacia las funciones de bolso. Por fin se hizo con el móvil y pudo comprobar que, tal y como había imaginado, Rubén le había enviado un whatssap. Abrió la aplicación y una sonrisa se dibujó en su cara. "Buenos dias princesa. Ten un dia magnífico. Estoy contigo". Por mucho que estuviera disgustada, aquellos mensajes, siempre conseguían agradarla bastante más de lo que ella misma se permitía reconocer. 

Volvió a inspirar profundamente mientras cerraba sus ojos en un afán de coger la fuerza que pretendía otorgarle Rubén con aquel mensaje.

"Lunes", pensó con cierta tristeza mientras abría lentamente los ojos. Su relación parecía ser más "de diario", donde no solían entrar festivos ni fines de semana, en los que las ausencias eran más que evidentes. 

Bajó del coche confusa, como cada vez que analizaba lo esperpéntico de aquella relación, colocó la mochila en su espalda, se acomodó correctamente la mascarilla, y empezó a caminar con paso ligero. De nuevo llegaba tarde.

Entró en el super con la respiración agitada. Balbuceó de forma tímida el "Buenos días" de rigor, y casi sin levantar la cabeza se dirigió hacia los vestuarios.

Salió de ellos aun cabizbaja, y sin darse cuenta tropezó con uno de los clientes. Al levantar la cabeza, entre nerviosa y confusa, vió a un hombre de mediana edad, pelo canoso, barba descuidada y unos penetrantes ojos color café. No era cliente habitual. Apenas tuvo tiempo para disculparse, porque el señor en cuestión comenzó de inmediato a increparla de forma desagradable. El día no parecía haber empezado demasiado bien.

Sara se quedó inmóvil frente a él, sin poder articular palabra, mientras aquellos ojos color café parecían penetrarla hasta detectar su gran debilidad, porque después de una pausa, los improperios subieron de tono.

Ella percibía cada día el nerviosismo, miedo y desasosiego de muchos de los que pasaban frente a ella. Las circunstancias eran difíciles, y muchas personas parecían haber perdido humanidad, y este episodio solo se lo confirmaba.

Raquel se acercó alarmada por el fuerte tono de voz del cliente, que estaba empezando a cebarse con Sara. 

- "Discúlpeme señor, no lo ví" -, se escuchó por fin salir de forma tímida de la boca de Sara y, antes de que pudiera decir nada más, Raquel, su jefa, le pidió que atendiera la caja, mientras ella intentó calmar los ánimos del cliente. 

Se sintió pequeña, como tantas veces le habían hecho sentir en aquel trabajo, y recordó las palabras de Rubén: "Estoy contigo"... Cuánto lo necesitaba... aunque muchas veces había llegado a percibir que él no tenía la vida perfecta que intentaba venderle, y que, con mucha seguridad, Rubén la necesitaba mucho más a ella. 

Cuando llevaba la mascarilla no podía resoplar para apartar el flequillo de sus ojos, y con un gesto seco de su dedo índice, movió parte de aquel tupido flequillo que le impedía ver el visor de su caja registradora y se dispuso a empezar su jornada.

El ir y venir de la gente fué constante durante toda la mañana. Sara no habia podido moverse de la línea de caja. El incidente con el cliente la habia hundido en una profunda tristeza, pero en ningun momento dejó de sonreír con la mirada, como solía puntualizar desde que las mascarillas formaban parte de aquella cruel rutina.

Se esforzaba muchísimo en intentar agradar a cada uno de los que atendía cada día, aunque no tuviera un buen día, o algún problema la perturbara. Eso terminaba pasándole factura, pero era algo innato en ella, y le salía de forma natural.

No había tenido tiempo de ir a mirar su móvil, y en una escapada al baño, no pudo resistirse a abrirlo. Y alli estaba la huella de Rubén en forma de varios mensajes repletos de emoticonos de corazones. A veces pasaban los días tan solo enviándose diferentes emoticonos, hasta que ella se sentía ridícula y dejaba de responder a lo que no podía considerarse una conversación, sino más bien la necesidad de cubrir vacíos. Aquella relacion le otorgaba ilusión e increíbles emociones, pero también mucha inestabilidad emocional. 

Se habían conocido hacía ya casi cuatro años por puro azar en un bazar chino. Rubén estaba mirando unas cortina de baño, y Sara tan solo pasaba de largo por aquel pasillo, cuando él le pidió consejo acerca del color que comprar. Tiempo después Rubén le confesó que la vió nada más entrar en aquel bazar y que había llamado poderosamente su atención, y aquella mueca al resoplar para apartar su flequillo de los ojos mientras se decidía por el color de la cortina, había terminado de cautivarlo. A partir de ahí, sus vidas se habían unido de una forma un tanto peculiar. No se veían a diario. Era como una especie de noviazgo a distancia, aun viviendo en la misma ciudad. Ninguno habia querido renunciar a su preciada libertad.

La jornada terminó como cualquier otro día. 

Sara notó como moría un poco más. Era la sensación que tenía últimamente antes de irse a casa. Ni siquiera la figura de Rubén era capaz de darle la luz que necesitaba "aquella cajera de vida y alma gris", como ella misma solía definirse, y es que como bien dijo Neruda: "Si cada día cae dentro de cada noche, existe un pozo donde la claridad está aprisionada..."


Continuará... (O no...)

sábado, 6 de febrero de 2021

Llueve...

Llueve fuera, y le llueve dentro. Y en cada charco se vislumbra el reflejo difuso de aquella que siempre quiso ser.
Y cuenta cada gota que, impasible, golpea sueños y emociones... Tres mil cuatrocientas veinticinco, veintiséis... Su nostalgia, empapada, intenta sobrevivir al frío de húmedos recuerdos y finales llenos de lodo y fango.
Ya van tres mil cuatrocientas veintisiete sacudidas, pero ninguna de ellas ofrece consuelo ni misericordia. Cargan su peso en pasados llenos de errores y presentes repletos de dudas.
Un alma calada grita con silencios en medio de la tempestad, y un eco mudo apodera una lucha contra la afonía de una garganta que se ahoga y enmudece.
Llueve. Tres mil cuatrocientas veintiocho, veintinueve... Resignada, espera un arcoiris, o el calor de un sol que evapore miedos y florezca ilusiones. Pero el soñar con calidez y vivos colores la hizo, de nuevo, perder la cuenta...

Una, dos, tres... Sigue lloviendo sobre mojado... 

martes, 2 de febrero de 2021

Mis zapatos....

Observaba sus nuevos zapatos. Eran de un azul brillante. No le apretaban y parecían estar hechos para aquellos cansados pies. En ellos eran evidentes algunas señales de viejas heridas, vestigios de otro calzado un par de números menor del necesario. Con ellos había caminado durante años. Había encogido sus dedos con la convicción de que podría acostumbrarse a ellos. Sus talones habían sangrado en alguna ocasión, y ponía paños calientes en los bordes durante la noche, con la esperanza de ablandar aquellos incisivos filos que se clavaban cada día en su piel sin compasión. Pero fué inútil, siempre volvían a herirla...

Y allí estaban aquellos nuevos zapatos. Tacto de terciopelo e interior confortable y acogedor. Puntera de una purpurina que parecía cobrar vida con los rayos de sol. Tacón suficiente para otorgarle el estilo que durante tanto tiempo se vió empañado por arrastrar unas suelas de esparto gastado y maltrecho. 

Y lo que más le gustaba era aquella plateada hebilla que ajustaba a la perfección la delgada correa a su tobillo. Era la sujeción justa que necesitaba para caminar sin temor de volver a dar algún traspié. 

Sonrió. Se acabaron las llagas y el llevar siempre la mochila cargada de tiritas y algodones que solo calmaban efímeros momentos. Se acabó el convivir con ese monótono sonido que producían sus pies al arrastrar, lo que en su momento parecían, auténticas losas. 

Y dispuesta a caminar sin descanso, se levantó con una seguridad inusual hasta entonces en ella, porque lo que no dijo Machado en su momento en aquel "Caminante no hay camino, se hace camino al andar...", era que había que elegir bien el calzado a llevar para "hacer camino" sin morir en el intento....

lunes, 1 de febrero de 2021

Cometas....


Sus sueños eran cometas lanzadas al viento, sin cuerda suficiente para alcanzar las nubes más altas.
Días cuadriculados. Controlados por un ritmo autómata y frenético que estrangula cualquier ápice de libertad. 
Una nostalgia que la mece y adormila, sin otorgarle la oportunidad de reinventar la vida...su vida.
Y amarrada a esa gravedad que ancla quimeras y domina pasiones, ve pasar alguna que otra primavera, varios otoños y muchos inviernos, hasta que la calidez de algún verano  la hace resurgir ávida de soltar cuerda, aunque termine perdiendo cometas...

martes, 26 de enero de 2021

Para ELLA...


Arrugas que perfilan unos surcos marcados por sacrificio y entrega. Conversaciones a media voz, casi susurrantes, recuerdos que, como joyas guardadas en la memoria, se transforman en humildes historias que marcan vidas pasadas...y presentes. 

Un mapa en la piel repleto de tonos morados que traza un camino sin retorno, pero con rumbo fijo e inexorable, y la impotencia de los que recorren de su mano paso a paso esa pesada travesía.

Te quieros que acarician y adormecen como una canción de cuna y que se vuelven por momentos despedidas improvisadas que apuñalan y consumen la esperanza y la fe...

Ojos donde ya no brotan lágrimas y que apagados reclaman perdones y la necesidad de ser exculpados por una carga que no es sino ley de vida.

Mil sonrisas que amargan desde dentro y se vuelven tiernas y cálidas frente a un rostro que ya no refleja fuerza, ni endereza, pero que desborda amor y luz....ésa que alumbró unos primeros pasos, y aquellos que mucho después también fueron dados en falso. 

Y ese eco en la oscuridad, cuando los sueños secuestran consciencias, regalando viajes y libertades, se propaga dando paso a mensajes en clave imposibles de descifrar.

Amor. En cada respiración, en miradas, en cada palabra entrecortada y sobre todo en cada silencio...todo se llena de amor.

Luces y sombras que juegan dentro de una piñata a salir las primeras, y miedo, mucho miedo a dar el siguiente golpe...