jueves, 12 de enero de 2012

Enfadada con el mundo...(y con sus habitantes..)

Detesto las promesas incumplidas...aquello de "..siempre estaré ahí.." o "..siempre podrás contar conmigo..", en muchas ocasiones, acaba quedando en el olvido.
Odio los silencios... aquellos que vienen dados por situaciones incómodas.
No soporto la frialdad... esa sensación que te hace sentir totalmente insignificante.
Detesto los distanciamientos impuestos... aquellos que no te dejan opción alguna ni poder de decisión.
Aborrezco no entender... y acabar imaginando el por qué de las cosas...
Y por último, lo que no puedo soportar por encima de todo.... es que se tuerza el tirante del sujetador cuando me lo pongo cada mañana...
Y es que, aunque está en mi mano el remediarlo, vuelve a torcerse día tras día, y me siento tremendamente estúpida por perder el tiempo al preocuparme tan sólo por todo aquello que escapa a mi voluntad....

2 comentarios:

seguidorblogs dijo...

hay días.... y días....
Ayer no soportaba ni mi propia presencia.... hoy ha salido el sol.... eh resuelto problemas y me he sentido.... bien en un mar bravío y espumoso.... ahora, mi hija menor duerme... una gatita chica se acomodó a sus pies.... la del medio se tendió subre las piernas de su madre que vé un programa de budismo y el mayor.... quiere ver una peli en la pc de su pieza.... y yo.... teclas, cervezas y empatía.... sinceramente forjada, para tí, que estabas enojada al escribir tu último post.... vida.... eso es, todo es vida.... fluyendo, sin control, como el verdadero mar en que todos navegamos, naufragamos y como el sol amanecemos por oriente.... calmados y un poco más.... experimentados y en consecuencia algo más.... ¿sabios?.... ¿que aprendiste de tu última rabia?

neruda dijo...

Principalmente, y como decía en mi post, aprendí que no debería perder tanto tiempo preocupándome por situaciones que, sencillamente, no puedo cambiar, bien porque no esté en mis manos hacerlo, o bien porque no tenga la opción de tomar ciertas decisiones, y que quizá, debería emplear mis fuerzas en cambiar aquello que detesto y que depende únicamente de mí.
De todas formas, hoy mi rabia se ha transformado en una simple rabieta, y, al igual que les sucede a los niños, tengo la sensación que la pataleta me ha dejado "más suave que un guante" (supongo que hasta la próxima...claro).
Por cierto, gracias por "forjar esa empatia" (preciosa palabra verdad??). Un saludo....