martes, 13 de diciembre de 2011

Otro paso atrás....

Hoy no ha sido un buen día.
Me he sentido vejada y humillada gratuitamente, y lo peor es que, como de costumbre, no he tenido ni el más mínimo aliento de preservar mi dignidad frenando ese absurdo y desmesurado ataque.
Me he limitado a bajar la cabeza y a mantener un silencio que, por primera vez, me ha producido bastante dolor, pudiendo controlar tan solo mis lágrimas, pero no por la arrogancia de no permitir que él comprobara el daño que había causado, sino por pura vergüenza...sin más...
Me he sentido tan pequeña detrás de mi máquina registradora, tan tremendamente vulnerable, que no he conseguido mirar a los ojos a ningún cliente en un largo periodo de tiempo.
Y lo más curioso, es que el ataque no tenía ningún sentido, y estoy segura de que no ha habido nada por mi parte que lo haya provocado.
Es un cliente con un carácter bastante "complicado", y prácticamente desde el primer día, se ha dirigido continuamente a mí con gestos y palabras desagradables, y a pesar de ello, lo he tratado con mucha educación dedicándole siempre la mejor de mis sonrisas. Pero hoy la situación ha sido sumamente incómoda, llegando incluso a faltarme el respeto.
Cuando él ha salido del establecimiento, una clienta habitual que había presenciado el episodio, me ha reprendido por haber permitido que me faltara el respeto de esa forma..."no debes permitir que nadie te hable así.." me ha dicho entre atónita y ofendida.
Por lo poco que conozco la vida de este señor, creo poder justificar su comportamiento.
Andará cerca de los 60 años, y por su pronunciado amaneramiento, puedo intuir que quizá no haya sido fácil ser él mismo en una época en la que exponer una condición sexual distinta a la de la inmensa mayoría era un auténtico inconveniente. Y digo esto porque la sensación que tengo es que está continuamente a la defensiva, como si la crueldad de algunos, lo hubieran acabado contaminando y envenenando cada una de sus palabras y gestos. Sinceramente, y a pesar de todo, siento pena hacia él.
La sensación de malestar sigue estando dentro de mi pecho, presionando mis pulmones y haciendo que parezca que no entra la cantidad de aire necesaria para llenarlos plenamente. Supongo que mañana será otro día y que quizá una mirada tierna o una sencilla sonrisa, acaben borrando este martes y 13 que ha vuelto a ratificar que me queda muchísimo para conseguir mis tan ansiadas alas....

2 comentarios:

Ramón de Mielina dijo...

No es consuelo, pero a mi alrededor todo está bastante crispado y no hay cliente bueno ni jefe bondadoso... todo es negro últimamente... pero lo bueno de todo esto es que sales por la puerta de la oficina y sabes que tu vida es otra!! :-)

neruda dijo...

Pues sí...afortunadamente tenemos otra vida fuera del trabajo, e incluso, como bien dice Serrat, de vez en cuando la vida acaba tomando conmigo café... http://youtu.be/IIkGVAsqLE8
Por cierto....bienvenido de nuevo...