Brotan de la nada y
caen al suelo como las cuentas
de un collar que el paso del
tiempo desgastó.
Y las vuelvo a ordenar
como quien, minuciosamente,
coloca las fichas de dominó
que de nuevo alguien hará caer.
Pero, en su caída,
solo retumba el silencio,
como si pesara más que las palabras
que se han formado
bajo mis pies.
Hablan de dolor.
Cuentan historias de guerreros
que perdieron batallas
y, a veces, dignidad.
O la de superhéroes con capas
que ya no vuelan porque
la edad arrugó.
Y recojo cada frase
con la punta de los dedos
para sacudir la tristeza
que envuelve cada letra,
esas que volverán a caer
para traerlos siempre
de vuelta...
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