
Aun recuerdo el calor que desprendía su cuerpo desnudo encima de mi pecho cuando apenas habían transcurrido unos segundos desde el inicio de su vida. El sonido de su llanto al salir de mi vientre y su rostro....Dios...su rostro....no puedo evitar emocionarme al recordar esa carita.
Y aquel bebé ha ido creciendo, pasando distintas etapas, y he de dar gracias a Dios por permitirme estar siempre junto a él, porque jamás había tenido tanto miedo a la muerte como lo tuve después de ser madre. Era (y sigue siendo) un horror pensar qué pasaría si yo no estuviera junto a ellos, porque aunque soy consciente de que puedo errar (de hecho creo que lo hago con demasiada frecuencia), sé a ciencia cierta que ellos me necesitan, por eso, hoy por hoy, me aferro a la vida con todas mis fuerzas (y ganas) por no dejarlos "desamparados". Son mi razón de vivir.
El motivo de este blog en su día, fueron mis temores precisamente por mi actitud ante Javier. Su personalidad me hacía sentir un temor que poco a poco se va transformando en confianza y tranquilidad. Supongo que puede parecer que no soy objetiva al definirlo (soy su madre), pero sinceramente creo que tiene una personalidad tan especial que sé que brillará con luz propia.
Noble, inteligente, dulce, simpático, divertido, respetuoso, ingenioso, extremadamente sensible, sociable, cariñoso, audaz.... solo puedo decir que me siento tremendamente orgullosa de él.
Hoy Montse me ha enviado un sms que decía así:
"Felicita a Javier de mi parte, y dile que seguro, que seguro que será un chico con un gran éxito en la vida porque tiene el corazón tan grande como el de su madre...."
Me ha emocionado muchísimo ese sms, porque creo que todos los que lo queremos tenemos claro lo especial que es, y eso nos hace esperar grandes logros, aunque el principal éxito será seguir manteniendo ese enorme corazón al que Montse hacía referencia.
He de apuntar (porque en este sentido no me gusta presumir ante nadie, aunque permitidme que hoy lo haga aquí) que ha sacado unas notas buenísimas: 7 sobresalientes y 4 notables. Yo tenía cierto temor... era un cambio de instituto, de compañeros, en definitiva, una etapa completamente diferente, pero el resultado ha sido más que positivo.
Ayer lo celebró con sus amigos (invitó prácticamente a toda su clase), y hoy en casa, ha soplado las velas en familia.
Creo que le estamos ofreciendo el mayor de los tesoros: una infancia llena de cariño y preciosas experiencias, aunque nunca será comparable con lo que él consigue día tras día: llenar mi vida por completo. Te quiero cariño....