
Lo espabilé después de comerme su nariz....su oreja....sus dedos...y cómo no....de hacerle cosquillas en el cuello, su debilidad (supongo que en eso ha salido a su madre), y una vez despierto el pequeño...tuve que pasar a la cama del mayor y empezar una rutina, cuanto menos, parecida.
Era un día más, y todo estaba cuadriculado al detalle: cada acción está medida en el tiempo, y cuando surge algun "imprevisto" (como que se me haya olvidado planchar el baby de Jorge), ya voy de cabeza.
Pero en esta mañana no hubo nada inusual, todo iba según el plan establecido, y los llevé al cole con gran puntualidad.
Volví rapidamente a casa, recogí lo indispensable (vamos, lo justo y menos), me duché y me arreglé con la intención de hacer unas gestiones, y cuando me miré en el espejo me dije: "Toni....hoy te comes el mundo".....JÁ JÁ JÁ....supongo que el mundo todavía tiene una indigestión por haberme devorado a mí aquel día.
Pues bien....saqué mi coche de la cochera....puse Kiss FM con más volumen del normal (vamos, no tanto como esos jovencitos que se gastan la paga del mes en esos enormes altavoces que solo cogen en el maletero), pero sí...el volumen era alto.
Conduciendo me siento genial....es como si lo tuviera todo bajo control, como si me sintiera tremendamente segura de mí misma (a esto quisiera dedicarle una entrada completa), y me dirigí al centro de mi cuidad.
En seguida encontré aparcamiento y pensé..."ves Toni...hoy todo te saldrá redondo"...claro...que en ese momento...no sabía que redondo...lo que se dice redondo...no iba a salir..
No habría andado 20 metros desde donde había dejado el coche, cuando tropecé de manera estrepitosa, con el consiguiente movimiento de "me caigo...no me caigo..me caigo...", bueno, por fortuna conseguir mantener el equilibrio y no llegué a besar el suelo como el Papa, pero mi cara hubiera servido como semáforo de la salida de parrilla de la F1. Bueno, seguí caminando, algo más nerviosa claro está, y pensando "Bueno Toni, no pasa nada, todo el mundo ha tropezado alguna vez...esto no es nada".....Pero lo peor estaba por llegar....Entré en el banco, tenía que gestionar unos pagarés y me dirigí a la mesa donde Manu, mi asesor financiero (joder que bien suena eso...aunque no tiene mucho que asesorar...porque donde no hay...no hay), siempre me soluciona cualquier papeleta. Pero, sorpresa!!!!...Manu estaba de vacaciones, así que pregunté a la chica de la mesa de al lado quien podía hacerme esa gestión. Bueno de una mesa me mandaban a otra y al final me dijeron que podrían hacermelo en la misma ventanilla, con lo cual, hice la pregunta de rigor "quien es el último?", y a hacer cola.
Una misma cola para tres ventanillas, dos chicas y un chico...y yo por ser tan tímida, sinceramente, pensé "pues mejor que me toque alguna de las chicas...", pero nooooooo, me tocó el chico que además era nuevo (cosa que he descubierto hoy), y que parece que todavía no había aprendido a tratar con tacto a la gente.
Le expliqué el tema y me decía una y otra vez que lo que yo le pedía que hiciera (nada ilegal..o al menos nada que Manu no hubiera hecho mil veces en el último año), no podía ser....resoplaba, me hacía preguntas, volvía a resoplar, me miraba con desconfianza y volvía a resoplar...leía una y otra vez los pagarés, y me sermoneaba diciendo que "eso" no se podía hacer....Cuando quise darme cuenta, eran bastantes las personas que miraban con recelo aquella conversación y yo pensé... "mundo ...no te como...pero por favor...tierra..tragame...". Me tuvo un buen rato con los resoplidos y las regañinas, y lo cierto es que en ese momento me sentí tremendamente mal. Para un día que decido comerme algo más que mis miedos....La cosa es que después de salir del banco, tenía que haber ido a hacer unos recados, pero me hizo sentir tan mal....que me metí en el coche y volví a casa.
Supongo que esto que cuento no es nada nuevo, que a todos nos han puesto la zancadilla en alguna ocasión haciéndonos sentir, cuanto menos, pequeñitos, pero lo que más impotencia me hizo sentir fue que no tuve el carácter suficiente como para haberle dicho cuatro cosas bien dichas y haberlo puesto en su lugar. Siempre intento comportarme con educación, aunque he de admitir, que el agachar la cabeza no tiene nada que ver con el saber estar.
Pues bien...mañana me comeré....pues sí...sigo pensando que puedo comerme el mundo y a ese larguilucho sentado en su butaca (aunque creo que me sentaría mal), pero lo que sí es cierto, es que cuatro palabras dichas por alguien que debería comer más cereales integrales (por el estreñimiento que imagino tenía) y esa enorme calor en mi cara, no van a dejarme en la cuneta...puede que hace unos meses eso hubiera sido más que suficiente para dejarme K.O., pero hoy por hoy admito que perdí esa batalla....pero me siento con ganas de ganar la guerra....