Emprenden un vuelo que yo no puedo seguir, pero intentan hacerme despegar; despojarme de días que me anclan a una tierra estéril, repleta de espejismos y donde solo brotan dudas e incertidumbre.
Planean sobre mí, y me siento cometa atada a sus halagos con finas cuerdas de afectos y promesas, que no resistirán el peso de mis realidades... ni de sus fantasías.
Bajo su vuelo, me siento pequeña. Mis pies pesan y no consiguen elevarse sobre cenizas producidas por fuegos que devoraron ilusiones, anhelos y fe...
Y vuelven cada día, en un intento de redimirse para poder continuar así con su vuelo... y su utopía...
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