lunes, 19 de octubre de 2020

Habitación 225...

Equipaje de mano y maletas llenas de ilusiones apiladas en la estación correcta.
Sentimientos que viajan en primera clase y polizones que desatan pasiones en corazones a punto de naufragar.
Paradas para llenar con sexo y amor un depósito en la reserva, hasta desbordarlo con orgasmos y caricias cómplices.
Viajes que te llevan al séptimo cielo, sin pasar por el sexto, porque el revisor de turno sabía del atajo perfecto.
Trayectos en dirección prohibida deseando un choque frontal que alivie el bagaje innecesario.
Y llegas a tu destino. Habitación 225. Cuelgas el cartel de no molestar para que los susurros no llenen pasillos vacíos, mientras sentada en la cama te aferras al billete solo de ida que compraste a tu destino un dia cualquiera.
No habrá regreso. Transportes de dirección única para quien ya nada será igual, porque hay travesías que se emprenden sintiéndote una auténtica desconocida para terminar reconociendo todos y cada uno de tus lunares....

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