Se acabaron las dietas saludables. Insípidos ingredientes que aligeran almas y debilitan emociones. Ahora serán atracones de chocolate sin permitir que sustituyan ganas y fiebres de sábado noche, subiendo lascivos niveles marcados con asteriscos en informes de máxima intimidad.
Y no... no temeré consecuencias impuestas por mentes esclavas y demasiado conservadoras. Pobres diablos.
Seré protagonista de comedias y antiguas películas de cine mudo, porque a veces deberían sobrar las palabras. Borraré horas interminables de dramas y cine negro. Porque ahora seré yo quien nomine con estatuillas de papel de aluminio todas y cada una de las escenas de mi vida. Y hoy, por decisión unánime, egoísta, rebelde, y libre, el premio es para ésa donde decidí que voy a VIVIR....
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