y llenas de la tinta
que no supo encontrar
mi papel en blanco.
Torpeza en los trazos
al tachar corduras
y conciencias,
desbordando oscuridad
en la piel y bajo unas uñas
que ya no arañan
realidades.
Y mientras tanto,
miles de páginas esperan,
arrugadas,
letras ordenadas formando
poemas desordenados,
capaces de acelerar
mis pulsos... y apetitos.
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