lunes, 28 de marzo de 2022

Mariposas...

Quisiera que mil mariposas
me cegaran. 
Que el aire de sus aleteos
aliviara rubores y 
despejara dudas. 
No quiero ver más allá
de ellas, 
deslumbrada por colores
que tiñeran grises rutinas
e historias en blanco y negro. 
No las necesito en mi estómago,
sino pegadas a mi piel 
para que, como viejos tatuajes, 
contaran relatos inacabados
e inanimados,
donde yo pudiera ser 
heroína en mundos más
propios que ajenos. 
Y con ellas adornando mis pestañas, 
las miradas serían 
faro y brújula, 
para no volver a perderme
en caminos de idas
y vueltas desesperadas...

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