Diminuta. Frágil presencia que tiembla en cada paso. Inseguridades que evitan un vuelo libre y ligero, sin el peso de la duda de ser, o simplemente estar.
Ridícula. No avanzar, no soltar, no cerrar puertas ni yerros pasados. Rubor por no saber ser, ni estar...
Cansada. Arrastrando sueños y tormentos. Lanzando pérfidas sensaciones contra sí misma para alimentar de carroña sus ganas de ser... y estar...
Pusilánime. Íntimos caminos recorridos con inciertos y lánguidos pasos que limitan almas ante la cobardía de quien nunca se atrevió a ser, ni a estar...
Y en su diminuta, ridícula, cansada y pusilánime vida, a veces, ya no le apetece ser... y mucho menos estar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario