martes, 15 de septiembre de 2020

Elijo ser mar...


 Si he de volver a nacer elijo ser mar. 

Agua salada que sana y cicatriza heridas.
Con fuerza suficiente para arrastrar residuos inútiles y oportunistas parásitos hasta enterrarlos en la profundidad más absoluta.
Agua que refleja luz y cielo... que bebe a pequeños sorbos brisa fresca mientras es  testigo de cada amanecer.
Mar...cómplice de un sol al que cobija y esconde tras su infinito horizonte, para convertirse en espejo de una coqueta luna que parece dibujar sobre él con brochazos de luz su más hermoso reflejo.
Quiero ser su espuma, esa que lava almas y juega con la arena en cada pequeña ola, para ser por un instante solo espuma y solo arena a la vez...
Y chocar con fuerza en la roca para desgastar vanidades, y moldear a pequeños golpes de constancia viejos sueños, aquellos que quedaron varados entre arrecifes de coral.
Necesito ser marea y coger la mano a la luna para pasear por la orilla de playas y costas como amantes silenciosos, regalando vida a la propia vida...
Y ser mar. Aquel donde solo naveguen barcos de papel...pequeños barcos de papel repletos de garabatos con notas secretas y maravillosas inquietudes, donde no puedan naufragar poemas y las palabras tomen con fuerza el timón para jamás ser silenciadas. Mar. Sí... ése sería mi regalo. Nacería siendo él para después perderme en mí...

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