domingo, 21 de septiembre de 2008

Mi primera vez...

Salí de casa sumamente nerviosa, no sabía como sería aquello. Además, era mi primera vez, pero ya se lo había prometido y no podía echarme atrás. No debía tener miedo. Al fin y al cabo era yo quien había querido voluntariamente. Cuando llegué a la puerta un escalofrío estremeció todo mi cuerpo.

Luego, al abrir la puerta, tuve que hacer un esfuerzo por controlar el temblor de mis piernas. Entré... y allí estaba él esperándome, sonrió e inmediatamente me tomó por el brazo y me llevó a una habitación muy bonita. Amablemente, me invitó a acostarme y me dijo que me pusiera cómoda, que me relajara... que él estaba acostumbrado a hacerlo y que no me iba a doler.

Aunque era mi primera vez, él me inspiró bastante confianza y comprendí que no podría encontrar una persona más adecuada para hacer lo que estaba a punto de hacer, dada toda su experiencia. Poco a poco, se fue acercando. Creo que notó mi nerviosismo y trató de tranquilizarme diciéndome que era un verdadero experto y que sabía perfectamente cómo hacerlo, ya que lo había hecho muchas veces y nunca había recibido ninguna queja.

Por fin, cuando mis músculos comenzaron a relajarse, me indicó cuál era la postura más adecuada y, poniéndome la mano en el hombro, continuó diciéndome cosas muy agradables para darme ánimo. Fue en ese momento cuando comencé a sudar. De pronto, la proximidad entre los dos se hizo inminente, sentí la presión de sus manos en mi brazo y el cálido aliento de su boca acercarse a mi rostro.

De repente, me entró algo duro y me estremecí, ya que mi cuerpo no estaba acostumbrado a este tipo de sensaciones y comencé a ponerme muy ansiosa. De pronto, comencé a sentir un dolor insoportable y lancé un grito mientras todo mi ser se estremecía.

A medida que transcurrían los minutos el dolor se iba haciendo más y más fuerte y no tardó en empezar a salirme un poquito de sangre. Le supliqué que sacara su instrumento por un momento, porque me estaba doliendo mucho, pero me dijo que no podía dejarme así. Grité angustiada y dolorida hasta que me salieron unas lágrimas.

Inesperadamente, el dolor cesó y mi cuerpo fue recorrido por una indescriptible sensación de bienestar y placer. Entonces, me di cuenta de que todo había acabado y finalmente llegó la hora de marcharme.

Como bien podréis imaginar le agradecí a mi dentista que me hubiese sacado esa muela que tanto me dolía y me despedí pidiéndole disculpas por mi comportamiento tan exagerado. ¡¡¡Muchas gracias Doctor!!!

13 comentarios:

FJRT dijo...

Jajajajajaj que sucia tengo la mente por dios jajajajaja

FJRT dijo...

jajajajajajajjajajajajajjajajajajajajajjajajajajajajajajajjajajajjajajaja al final me lo voy a tener que mirar o has jugado con la ambiguedad o de verdad que necesito ayuda urgente como el de expediente X

Besos love,

Pd, lei tambien uno muy parecido de un mosquito y de un water, del mismo formato de final eeeee jajaja

Isa dijo...

Jolin a mi también me has engañado,ya tenia hasta el comentario preparado....
Muy muy bueno jajaaaaaaa me hiciste reir,un 10 de mi parte.

Isa

fermin dijo...

¿Y ahora que digo yo? ¿Que esperaba ese desenlace? Baya manera de mantener el interés hasta el final.
Buena la historia.

CARINA dijo...

jajaja ,tengo que hacer terapia otra vez!!! tengo la croqueta podrida!!!
jajaj que risa ..
mi hija hoy me preguntaba cosas sobre la primera vas y cuando empece a leerte casi la llamo para ella tambien te lea...jajajajja
besos grandotes

m4n010 dijo...

Lo sabía, lo sabía, jajajaja... muy buena historia. me gustó

El redactor dijo...

Jejeje, ahora estamos expectantes a que en otro post nos cuentes "tu primera vez" de verdad !

Carina, que es la "croqueta podrida" ? Nunca lo habia oido, pero mi imaginacion es muy sucia ;)

Gruntal dijo...

Desde mi más absoluto respeto:

Me parece una historia bastante simplona más propia de un niño de 12 años que de una mujer adulta. Tampoco creo que sea divertida, aunque seré yo, que tengo un sentido del humor bastante distinto al de tus lectores.

No obstante, te animo a seguir escribiendo si eso te ayuda con tu cotidianidad. A mí me sirve.

Un saludo, Gruntal

P.D: Y por favor, NO nos cuentes tu primera vez,no es necesario. Mándasela por e-mail al que no le baste con su vida sexual.

Anónimo dijo...

Gracias por los alagos, pero el relato no es mío. Lo encontré en internet y me pareció divertido (en contra de lo que algunos piensan).
Gruntal, como ves la historia no es mía y desconozco la edad del autor de la misma, pero tampoco voy a alardear de madurez, y eso que en mi blog no existe ningún coautor con forma de pequeño roedor que cuente algunas de sus experiencias...
Por cierto, me alegro de que tu vida sexual sea mucho más rica que la de todos mis lectores. Enhorabuena!!
Un saludo.

Gruntal dijo...

Halagos es con H

Un saludo, Gruntal
XXX

Anónimo dijo...

Que divertido, he pasado un buen rato.
En cuanto a corregir las faltas de ortografía (o de no dar bien al teclado), me parece una soberana falta de educación.
Besos

neruda dijo...

Al menos sirves como corrector ortográfico...jajaja.
Por cierto, pásate por aquí cuando publique la historia de mi primera vez (la auténtica), más que nada para que puedas corregírmela, tú o xx que aun no sé muy bien quien de los dos tiene la potestad sobre el otro...jajaja. Un beso.

Maria dijo...

ja,ja,ja!!! si es que ya hacia tiempo que no lo leia

un saludo!!!