domingo, 6 de mayo de 2012

Mi máscara...

Una frase de Montse ha despertado, desde hace un tiempo, cierto desazón en mi día a día.
"Pasas de puntillas por la vida, y no haces nada por remediarlo". Esas fueron sus palabras textuales, y realmente no puedo contrariarla, porque es algo que siempre he sabido, aunque ahora he sido consciente de que no estaba tan asumido como creía.
El ser yo misma me resulta difícil, tremendamente complicado, y solo en algunos círculos consigo desinhibirme por completo.
Puedo parecer fría, antipática e incluso presuntuosa. Es la sensación que quizá despierto si no me conocen demasiado. Me cierro...yo y mi mundo, y mi mundo y yo... y qué más dá...a veces tengo la sensación de que no merece la pena abrirme, poner de manifiesto mi verdadera personalidad. Utilizo mi escudo, esa especie de máscara que me hace sentir segura, pero a la vez incómoda.
También es cierto que tengo la desagradable sensación de que a los demás no les importa demasiado como soy, no se preocupan lo más mínimo por conocer a la verdadera "neruda".
¿Cómo no pasar de puntillas por la vida? También es cierto que mi forma de ser me impide dar gigantescos y ruidosos pasos que llamen demasiado la atención. Odio llamar la atención. Me hace sentir inseguridad el que los demás me observen. ¿Y qué hacer entonces? ¿Intentar cambiar, aunque eso suponga renunciar a quien creo ser?. Pero me gustaría sentirme alguien importante, aunque cuando utilizo esta definición no me refiero a poseer poder, liderazgo o el beneplácito de todos; es algo tan sencillo como no sentirme totalmente invisible.
Siempre he dicho que me siento diferente al resto, y puntualizo: no mejor, simplemente distinta. Y sinceramente creo que tengo mucho para aportar, pero sigo pasando de puntillas por la vida....